11 de febrero de 2014
Cariñena aumenta el tratamiento para el control de plagas mediante “confusión sexual” en 4.600 hectáreas de superficie
Desde el año 2009, la Denominación de Origen Protegida Cariñena ha estado haciendo pruebas con un innovador proyecto de control de la principal plaga de la viña: la polilla del racimo. Ya en 2013 el sistema fue todo un éxito y el control de plagas se pudo aplicar en una superficie de 2.600 hectáreas. Se trata de la técnica biológica de “confusión sexual”, que consiste en la colocación de difusores en el campo que van emitiendo la feromona sexual de la hembra de la especie a tratar. Debido a que el macho no es capaz de localizar a la hembra por la gran cantidad de feromona que hay en el medio ésta no es fecundada y, como consecuencia, no hay puesta de huevos y no habrá larvas que se coman el fruto (en este caso la uva). Es una técnica inocua, ecológica y que no afecta ni interfiere con otras especies presentes en el medio.
“El objetivo de este año es aumentar la superficie a tratar en 2.000 hectáreas más y aplicarlo en 4.600 hectáreas. Este proyecto lo iniciaron las bodegas Grandes Vinos y Viñedos y San Valero, que apostaron por el sistema y se lo propusieron a sus socios como algo muy positivo. Se empezó con pequeñas superficies para concienciar a los viticultores y para que lo conocieran y el año pasado ya se llegó a 2.600 hectáreas y participaron 14 bodegas de la zona”, asegura el responsable del Departamento Técnico-Atria de Cariñena, Jesús Isiegas.
La principal finalidad de este sistema es racionalizar el uso de fitosanitarios, mejorar la prevención del medio ambiente, reducir la huella de carbono, garantizar la seguridad alimentaria e incrementar la calidad final de los vinos. Si a este objetivo se une el resto de la Denominación, se puede tener todo el viñedo de Cariñena controlado bajo estos sistemas sostenibles y ecológicos de gestión de plagas.
El beneficio más directo es la reducción o eliminación del uso de insecticidas: sólo para este año se dejarán de utilizar 20.000 litros, gracias a la utilización de estos sistemas. Además, esta técnica permite una gestión más racional de otras enfermedades, por lo que se reduce el número de tratamientos e incluso permite la utilización de productos con un menor impacto ambiental. Un beneficio fundamental es la mejora de la calidad de la cosecha, al evitar el daño de la plaga, la uva llega al final de la maduración en perfectas condiciones. La reducción de las pérdidas de cosecha asociadas a esta plaga y la preservación del medio natural y mejora de los ecosistemas agrícolas son otros beneficios a tener en cuenta.
Este sistema tiene la peculiaridad de que tienen que ser zonas uniformes, áreas muy homogéneas. Dentro de la zona de confusión no se pueden dejar parcelas en las que no se utilice el sistema, porque sino varían mucho los datos, ya que los insectos en unos sitios se reproducen y en otros no. “Al ampliar la zona hay que hablar también con todas las bodegas que están en esa área, que este año aumentan en dos más con respecto al año anterior. Se trata de una técnica que ya se ha empezado a utilizar en otras denominaciones, pero no con tanto volumen de superficie. En estos momentos, Cariñena es la D.O. que más hectáreas de superficie tiene en tratamiento”, destaca Isiegas.
En el tratamiento de control de plagas mediante “confusión sexual” van a trabajar cientos de agricultores cariñenenses.